viernes, 7 de octubre de 2011

ENSAYO SOBRE MI MUERTE

Ayer soñé, medio dormido, medio despierto, que moría. Cerraba los ojos y de a poco se oscurecía todo. Como nunca me fijé bien en eso...algo tan cotidiano. Creo que así debe sentir el que está partiendo al mundo no sensible. Primero pierde la vista, luego se le adormece la lengua y pierde el olfato, deja de oler...deja de percibir la putrefacción mundana...,luego el tacto, dejaría de sentir las caricias, las palmadas, los besos...y, por último, muy por último, dejaría de escuchar...El mejor de los sentidos...dejaría de escuchar por siempre su nombre…La muerte no suena tan mal como la pintan muchos.


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