lunes, 10 de junio de 2013

NOSTALGIA

Llegar al dormitorio Antes de quitarte los zapatos dejar en la cómoda: llaves billetera cinto cigarros Bien ordenados Existen rutinas buenas Cosas de viejos anticuados y mañosos Y más tarde volver a buscar los cigarros Y salir a la terraza a contemplar el mundo Y reírse a carcajadas Y estallar de risas Y sonriente...burlarse de uno mismo Salud mental Algo tremendamente complicado 

Y así seguir viviendo

Y volver al humo Y seguir pensando ya en otros asuntos de mayor jerarquía El entorno Y tomar como propias las palabras del gran Agustín Pío: No temo al pasado, pero no sé si podré superar el misterio de la noche Y escuchar música Y llegar a las nostalgias A las nostalgias hacia la guitarra 

E intentar dormir

Algo tremendamente complicado


miércoles, 31 de octubre de 2012



LA CIUDAD Y SUS CONTRA-ESPACIOS

El hecho de la muerte es, paradójicamente, de vital importancia en todas las sociedades, durante todos los tiempos, desde que el ser humano tiene conciencia de sí mismo. Hoy existen tantos espacios y rituales fúnebres como culturas hay en el mundo. “La muerte introduce entre el hombre y el animal una ruptura más sorprendente aún que el utensilio, el cerebro o el lenguaje” (Edgar Morin: El hombre y la muerte). El ser humano es el único animal que lamenta la partida de sus iguales. Canta, llora, reza…cuenta, entierra, quema, escribe…escenifica, disfraza, refleja…Construye significativas obras arquitectónicas y artísticas o de alguna manera se despide de sus muertos en simbólicos espacios destinados a los mismos. Es lo que llamamos re-creación, re-presentación, re-significación: volver a crear, a presentar, a significar lo que en algún momento fue de tal manera a hacerlo presente, a repetirlo hasta hacerlo eterno. “La muerte reúne, reencuentra, reafirma lazos, convoca de forma comunitaria…” (Ramiro Delgado: Muerte, comida y ritual); es decir, va más allá del individuo, reconfigura al grupo al cual pertenecía; hace que la comunidad se mire a sí misma y se auto re-estructure. De ahí la importancia de estas celebraciones como el 2 de Noviembre o Día de los Difuntos, con un matiz altamente religioso-comunitario, lejos de la morbosidad a la que quieren que nos acostumbremos.

Bajo esta manera de mirar, el ser humano ha diseñado ejemplares espacios de socialización. Diría Michel Foucault: esos espacios absolutamente otros, esos contra-espacios, esos espacios totalmente opuestos a los demás -como los cementerios, los asilos de ancianos, las clínicas psiquiátricas o las prisiones-. El ser humano ha construido magníficas obras mortuorias, originales en su estricto sentido. Es decir, se ha empeñado, en su afán de inmortalidad, de perpetuación, en la construcción de espacios conmemorativos y en rituales que hacen de éstos unas re-presentaciones tan originales y decisivas en todas las culturas, logrando una cohesión social, en algunos casos; re-creando una división o una ruptura, tal si fuesen las mismas Ciudades de los Vivos, en otros casos.
           
Desde que el ser humano existe, la muerte de nuestros seres próximos ha sido reemplazada por algún símbolo, alguna pieza musical, algún lamento cantado o alguna obra arquitectónica que contrarreste la partida de aquellos. Lamentablemente, la desidia de parte de los actores involucrados va ganando terreno. La desidia disfrazada de olvido, de desinterés, de burocracia y de conveniencias monetarias va corroyendo desde el gobierno municipal hasta los deudores de los difuntos, desde las distintas organizaciones sociales hasta las reglamentaciones civiles, desde la estructura académica y la profesional hasta la actitud comunitaria ante estas cuestiones de la postrimería. De alguna manera estamos matando a la muerte, bien negándola o dándole la espalda o bien llevándola al anonimato más cruel e inhumano hasta el punto de comercializar con esta desgracia. Para algunos, negocio redondo.

En nuestras ciudades tanto el duelo como el luto y otras manifestaciones de congoja necesarias en estos momentos van desapareciendo de la vida pública, se llora a solas y a escondidas, es pérdida de tiempo dedicarle unos momentos a estas cosas. Está mal visto. Y, por supuesto, su consiguiente trauma. Solo nos quedamos con el morbo -homicidios,  accidentes, sangre y la prensa cumpliendo su rol, con precisión de carnicero-, digamos la única parte publicitada de estas cuestiones. Lo demás -todas las expresiones del alma, toda la riqueza comunitaria que hay detrás, todas las proezas del ingenio y de la imaginación, particulares y populares- no vende, no importa.

A esos contra-espacios o heterotopías vinculados a esos contra-tiempos o heterocronías tan importantes para volcar las miradas a nosotros mismos, a esos espacios de socialización en los que nos reflejamos, en los que vemos a los demás y a nosotros mismos -“la internalidad de uno y la externalidad de lo otro”, diría Solano Benítez-, deberíamos re-pensarlos, re-adaptarlos a los nuevos cambios o sufrir sus consecuencias -que es lo que está ocurriendo con nuestras ciudades, caídas en el olvido-. Es nuestra obligación intentar representar nuevas formas de lo aparentemente irrepresentable.

miércoles, 22 de agosto de 2012

ELOGIO DEL GESTO IDIOTA

(No me caen bien los críticos, y reconozco que nunca me caerán bien; aunque hace como siete años me topé con esto en alguna de las calles rosarinas. A continuación se despliega este "insignificante" elogio)

"Carlos Fernando Herrera se pregunta si lo que hace es arte, siempre lo hace, y a pesar de todo sigue haciéndolo. Al menos sabe que el arte es inútil y lo que él hace también. Autodefinido como somnoliento y divertido, su mundo es el de la vida ordinaria, el de las personas comunes y el de los objetos vulgares, que no se cansa de analizar. Con ellos comparte horas hasta que en un momento decide intervenirlos con un gesto idiota.

Su acción es elemental, hay algo que lo sorprende o lo seduce y actúa sin ningún tipo de razón. El disparador puede ser una cosa o un hecho mínimo, la combinación absurda de dos elementos –y no justamente sobre una mesa de disección-, una escena, un error, algo excepcional o lo mismo que se repite siempre. Y se ríe, horas, cuando tiene una ocurrencia, y sin embargo el humor siempre tiene un transfondo negro, aunque él vuelve a reír con otra ocurrencia. Y no para.

Recorre la ciudad mirando detenidamente, sabe de los personajes más curiosos, de los objetos más extraños, aquellos que sin embargo, por algún motivo, suelen pasar inadvertidos, tal vez porque no están legitimados dentro del rubro “merecimiento de atención” o rozan el mal gusto que los torna inconcebibles en el registro de “deseables”.

Frecuenta a fabricantes de disfraces artesanales, gitanos, ex combatientes…Conoce sus nombres, sus historias, detalles ínfimos, que carecen de importancia para la Humanidad.

No sé por qué me interesa que me cuente todo eso y hasta promuevo que lo haga; insisto: no tienen ninguna importancia. Porque para qué sirve conocer la colección de juguetes antiguos de Chola o ser asiduo concurrente del “Bar el paso del tiempo” para experimentar los encuentros de poesía, música y arte llamados “maldita ginebra”.

Desde algún lugar se lo podría clasificar simplemente como un obsesivo coleccionista de objetos e historias, la mayoría mínimas, insignificantes. Reúne fotos de gente que no conoce –que compra en negocios de ocasión-, animales embalsamados, cerámicas de dos pesos y negocia con los tobas la producción de artesanías con forma de animales que le interesan (y que la mayor parte de las veces no suele lograr que hagan). Por un impulso, a veces dibuja sobre las imágenes, les pone luces o las borra para terminar con los recuerdos, tapa con arcilla parte de los objetos o edita relatos de talk shows de la televisión. Idea cosas, permanentemente, pero no construye a la “manera” artística.

Esa es la obra.

Y disfruta mucho.

Y sigue.

No puede detenerse. Continúa estableciendo diálogos inservibles entre cosas de baja categoría, relacionando historias personales con los objetos, haciendo memoria y olvidando. Nadie puede prever cómo continuará pero se sabe que es inevitable, que nuevos disparadores lo llevarán a hacer más cosas inservibles: proyectos para su colección privada que apilará en alguna repisa o para la Tate Modern.

El mismo se ve como viviendo en una película de clase B, y confronta su producción con los espectadores, pero es inútil, siempre es inútil lo que hace. No hay juego aunque se divierta, no hay “mensaje” político aunque muestre algún drama. Para colmo, insiste en sonreír. Acaso, con el placer del fracaso. Y se mueve con la liviandad del perdedor.

Pero debo reconocer que el gesto idiota es impugnador de muchos gestos inteligentes, comprometidos, sabios. Su obra se construye sobre la falta de pretensión y desde allí corroe la aparatosidad de otros discursos.

Sin embargo, hay algo fascinante en esta combinación de derrota, de posibilidad de seguir sonriendo y de tranquilidad de hacer algo que no modificará nada. En ese lugar, la obra de Herrera se vuelve bella, atractiva, curiosa, interesante y ratifica su inutilidad. Genera incertidumbre y preguntas, que por supuesto él está imposibilitado de responder, aunque conozca todas las pistas. Y se vuelve arte, siempre y cuando el arte sea todo eso."

Fernando Fariña, 2005
Amigo, Crítico de Arte y Director del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO)

viernes, 27 de julio de 2012

KOSMOAGONÍA INDÍGENA

Recuerdo a unos conocidos que, al asumir Lugo, fueron al día siguiente de su asunción a su despacho, en el palacio de López, a ofrecer sus servicios empresariales caritativos a favor de los más olvidados de nuestra inanimada sociedad, a favor de nuestros hermanos mayores: los más de ochenta y cinco mil indígenas. Tanta caridad empresarial ya sonaba un poco raro en un grupo corrompido de pies a cabeza, ya harto conocido por todos. Resultó ser una farsa, Caridad a cambio de ayudas del Gobierno? Así cualquiera.

No es necesario fingir, si no te cae bien determinado grupo de personas o determinada cultura, no es necesario. No seamos falsos.

También recuerdo en esa época haber conocido en un viaje al Chaco a un tomárâho, quien hizo gala de su poliglotismo al ayudarnos en las traducciones tanto del portugués, del guaraní, de su lengua el tomárâho y del ybytoso al castellano. Recuerdo haber escuchado y aprendido muchísimo de botánica, de zoología, de hidrología, de mineralogía, de gastronomía, de astronomía "mística" (si cabe la expresión) y, sobretodo, del ser humano. 


Sobretodo del ser humano.Tan distantes estamos de tan elemental conocimiento! Fue un viaje de aprendizaje humanista. De repente todo se volvió a la inversa: tenemos alma nosotros los “occidentales” nosotros los "paraguayos"? Esa es la pregunta que debemos hacernos.










sábado, 21 de julio de 2012

POR LA MODA QUE NO INCOMODA

Por los que menos tienen...

...por todos aquellos que siempre han sido pisoteados por una multitud cegada. Cegada por el odio a sí misma, traducido en odio a los demás. Cegada por la ambición desmedida, que no respeta individualidades, ni dignidades, ni pasiones, ni diferencias. Cegada por la ambición desmedida, que sólo ve lucro en los ojos.

Por aquellos que nunca han tenido oportunidades y que, sin embargo, son los que definen la moda de siempre: la que no incomoda, la eterna, la enraizada a nuestros pies; por aquella a la que nos resistimos a aceptar, a la que diariamente pisoteamos, segundo a segundo.

Por los que no pasan de moda, por los que son el sostén del mundo...por los que son la moda.

Por los que son la polka, el tango, la guarania, el jazz o el blues. Por los que son el chipá guazú, los locros y pucheros, los mates y tererés, los ao po'í y los ñandutíes. Por los que son las Catedrales de nuestras conciencias, o las Danzas paraguayas, o las Mazurka appassionata, o los Caprichos árabes, los Villancicos de Navidad, los Volver o los Gracias a la vida o los What a wonderful world. Por los Yo el Supremo o por los Alehp. Por los que son Balada para un loco o los Ne rendá pe ajú. Por los más pobres entre los pobres. Por los pobres de espíritu, los bienaventurados.

Por los Agustín Pío o los Tárrega o los Karolpor las Mercedes o las Violetas o los Armstrong, los Augustos o los Jorge Luis. Por  los Astor Pantaleón o los José Asunción. Por las Alfonsinas o las Teresas.

Por los que menos tienen, por los despreocupados de las trivialidades, por los que nunca pasarán de moda.

Por los que más tienen!

miércoles, 18 de julio de 2012

DEMENTES


"…la costumbre de pensar a todas horas tiene algo de vicio bochornoso ante el común de las gentes, y me ha convertido en un ser inútil, a veces nocivo, odiado, despreciado". Es posible que te sientas así como Rafael Barret, gran olvidado en nuestra cultura, de hecho es lógico que te sientas así, si en eso andás. A veces es mejor no ser uno mismo, te dicen…No les hagas caso, siempre es mejor ser uno mismo. ¿O acaso pretendés vivir la vida de otros? Eso sí que te volvería despreciable, como pasa con muchas almas verdaderamente trastornadas.

¿Que te sentís solo? Qué estupidez más grande. Cómo es posible que te sientas solo en un mundo tan inabarcable. Pensalo bien: somos siete mil millones de seres humanos, es imposible que estés solo. Sólo tu ignorancia o tu soberbia te hacen pensar en algo así.






Cambiá de actitud, no seas cobarde y no te olvides que nunca estarás solo, tanto más en un país como el nuestro, de amables personas, de desprendidas personas, de mentes auténticas. Es mentira, Barret no estuvo solo, estuvo acompañado por el gran pueblo paraguayo.

viernes, 8 de junio de 2012

ERA DE LOS HOLGAZANES


Es tan solo cuestión de tiempo para que esta era de los holgazanes se termine. Solo cuestión de tiempo para que los lacayos de la mafia, del narcotráfico, de los sempiternos vende-patria desaparezcan de nuestro espacio del diálogo, del planeamiento de nuestro futuro, no sólo de unos privilegiados, sino de cada una de las personas que habitan este trozo de tierra, regalo de los dioses, llamado Paraguay.

Hora de decir quiénes mandan en este país 
a estos seres que habitan los pasillos y las oficinas de este Congreso…
Si no sirven al país, simple…los desplazamos, sin vueltas…
Servirán para otras funciones, pero no para parlamentar…
Deben estar subordinados al bien común, 
así como un soldado raso a su superior…

Ya aprenderán…

Son nuestros servidores…o sino se van…no tienen porqué darnos la espalda…
O sino los rajamos, por descorteces e insensibles…


también por idiotas…

Deberían estar las personas más sabias en esos lugares…

Por qué tantos beneficios sólo para ustedes? Y el resto? Y nosotros? Acaso no saben que si nosotros estamos mal, también ustedes estarán mal tarde o temprano?
Y encima son arrogantes…siendo insignificantes…

sin mérito alguno…

La cuestión es simple: tuvieron su oportunidad y no la aprovecharon, 
por  imbéciles…sin lugar a dudas, por imbéciles.
A quiénes sirven? Quiénes están detrás de ustedes? No los conocemos y 


somos los amos…

Quiénes se atreven a desafiarnos?
No tendremos dinero, influencias políticas, etc...
pero nos tenemos a nosotros mismos...


y somos mayoría...sin vueltas.